ADSUM: CARPE NOCTEM

ADSUM
Articulaciones del sufrimiento femenino
Le pedía al cuerpo que me diera luz
Para jugar con los fotones de la alegría
Y ser capaz de visibilizar una sonrisa
Que al aparecer tuviera el sonido de fémina.

Le pedí a la mente que capturara sinapsis de mis neuronas
Y les encomendara la única tarea de transmitir mis pensamientos a mi lápiz,
Luego de haberlos pasado por la tela de un falso positivismo.

Todas estas acciones quise hacerlas con la piel de mujer,
Con un sello que proclamara “colombiana” en mis senos,
Con la pasión que solo esta marca colombiana le otorga a mi expresión.

No obstante mi alma había sido agredida por las imágenes,
Por las informaciones circundantes y presentes en cada ambiente
En los que mi corporeidad quizá deseaba estar ausente,
No olvidé los momentos de esa otra, cuyo sufrimiento aún persiste
En el lúgubre espacio de una de mis memorias, ni aquellos que por elección propia,
Se escapan de los demás oídos.

Como persona quise expresarme, como mujer… ¡yo quiero librarme!
Alejarme de las ataduras y manejar el existencialismo permanente,
Presionándome para dejar a la vez la filosofía de significados ausentes
Y plasmarlos en la raíz de las acciones futuras.

Mi colombianismo me subyuga a recordar el signo lingüístico
De la grafía “mujer”, añadiéndole el concepto de un ente físico no estático,
Que cubre la fortaleza, la ternura, la amabilidad, maternidad, en conjunto
Con el significante de una mujer en manos de la violencia y el miedo exacerbado.

Ella, quien es doblemente desdeñada por el desasosiego político,
Y por las órdenes de personalidades cruentas, por caras sin rostros
Que son los sumandos del total de la realidad belicosa y presente,
Sigue siendo ella pero no lo es totalmente.

Recuerdo rostros en desconocidos imaginarios que se traducen en abusos,
Mutilaciones, el olvido de la dignidad y de la esencia,
El gas fétido que sale como producto de la reacción química
Que evapora la esencia floral de la femineidad.

Ácidos, ácidos peligrosos que son el nuevo habitante en los
Corazones de este género maltratado por solo estar,
Estar en un espacio y en un tiempo,
Y ser olvidadas en el mundo del civismo.

El afán inconsciente actúa para desterrarlas al mundo bizarro,
Donde las ideas morales de evitar daños y perjuicios ajenos
Valen menos que el bienestar masculino inmediato,
Que la sevicia y la inexistente proeza del machismo
Ilimitado y preponderante al mismo tiempo.
Veo ojos con cristales dilatados que me muestran
La fotografía de una niña perturbada por las fallas de un alguien
Que se encuentra lujurioso; una fotografía que se convierte
En la historia pictográfica de la niña que se escapa
De ése ambiente hostil para ingresar a un mundo parapolítico
El que continúa su hundimiento, su humillación,
La indignación por ser víctima,
El sinónimo viviente de objeto sexual y de enemiga,
Cenit de la infidelidad no comprobada.

Continúo… veo a la niña convertida en mujer,
La mujer fantasma sin sueños ni esperanzas,
Porque su mundo solo es la violencia de guerrilla
Y Paras, una mujer que sin estar, existe

Hasta que se esfuma en manos sangrientas,
Como un cuadro de cubismo,
En el que el vanguardismo es la banalidad y la simpleza,
De los pedazos cortados finamente
En donde residía un cuerpo, que alguna vez fue persona
De sueños y esperanzas, de verdades que esperando ser bien explotadas,
Terminan sumergidas en ese misterioso tiempo,
Que sólo dejó ideas ya esfumadas, de lo que alguna vez fueron vida.

Sorprenderse uno mismo de las cosas de la vida
Equivale a la noción de superar sus límites,
O de concertar estadios en los que no se había permanecido
O llegado antes de todo.

La sorpresa le da a la vida su carácter único
La sorpresa le da vida al tiempo,
La sorpresa llena el tiempo de recuerdos,
La sorpresa hace los recuerdos como anhelos
La sorpresa vuelve a ser un anhelo por conocer antes de tiempo.

Lleno de palabras estos espacios que son blancos,
y el blanco cae hacia mí como una luz que anhela.
El anhelo se vuelve la ansiedad por conocer mi alma
Y mi alma sorpresivamente sale, justo cuando me dispongo a escribir
Se coloca ferviente en mis dedos, y da la sorpresa a mis ojos.

Los planes tienen vida si son llevados desde principio a fin,
La vida es vida si hay más que solo planes.
No se puede jugar a predecir, pero tampoco
Se puede jugar sin intentarlo.
Entonces sería un juego eterno de pérdidas de confianzas,
De la muerte de lógicas aparentes.

Solo cerrar los ojos en un click es una sorpresa,
No sabes qué habrá cuando los abrirás,
Tampoco que dejará de ser,
No sabes si los aromas que percibes son de un algo o alguien,
Ni sabrás cuanto durarán.
No sabrás que la vida es corta,
Pero igual vivirás para sorprenderte más.